No hay mal que por bien no venga, o eso dicen al menos. En ésta ecuación sustituiremos el mal como la sequía que hemos padecido durante todo el invierno, con unos índices pluviométricos muy por debajo de la media histórica. Como elemento benigno, entendamos una dolencia que cada vez afecta a más personas, que no es otra que las alergias a los diferentes tipos de polen.
La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica ha publicado sus previsiones para el año 2012. El estudio indica que debido a las escasas lluvias de los últimos meses, tendremos una Primavera suave y llevadera para los alérgicos. Sin embargo, señalan que los niveles de contaminación han contribuido a que aumenten los casos de alergia respiratoria.
Según la SEAIC, entre el 15% y el 20% de la población española padecen alergia al polen, elevándose al 40% cuando hablamos de adolescentes. No son unas cifras que tomar a la ligera, pero como alérgico que soy, puedo decir que tomando una serie de medidas de prevención en forma de hábitos y con la medicación adecuada (siempre bajo prescripción médica) podemos sobrellevar sin más problemas los meses más duros.
Somos una comarca privilegiada en muchos sentidos, pero hay que pagar algunos tributos por ello. Uno de éstos es el alto nivel de polinización que tenemos todos los años en Primavera. El hecho se agrava si unimos factores como la polución, los malos hábitos alimenticios y el ritmo de vida. Muchos hemos descubierto que somos alérgicos a una edad ya madura, lo que nos ha afectado profundamente en nuestro día a día, tanto personal como laboral. Pese a todo, preferiría soportar un mes algo más duro de alergia y ver los pantanos a rebosar de ese agua que sólo se aprecia cuando escasea.
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